El Menorca Experimental es un hotel boutique rural ubicado en una finca renovada del siglo XIX. Está ubicado en un terreno de 30 hectáreas, diseñado para parecerse a la casa de vacaciones de un artista.
El hotel está enclavado en la naturaleza y ha sido sometido a un meticuloso proceso de restauración dirigido por artesanos locales y guiado por la diseñadora de interiores Dorothée Meilichzon.
Menorca Experimental presenta una variedad de elementos rústicos y su combinación de colores está inspirada en el cielo de Menorca, con tonos de azul, amarillo y óxido. El hotel cuenta con 43 habitaciones, nueve de ellas con piscinas privadas, lo que permite a los huéspedes elegir entre una experiencia compartida o más privada.